El nenúfar es una plantas acuática con flores que crecen en lagos, lagunas, charcas, pantanos o arroyos de corriente lenta, estando usualmente enraizadas en el fondo. Los nenúfares pertenecen a las familias Nymphaeaceae, Cabombaceae del orden Nymphaeales; la familia Nelumbonaceae del orden Proteales y también a los géneros Nymphoides de la familia Menyanthaceae del orden Asterales y el género Hydrocleys de la familia Alismataceae del orden Alismatales. Las hojas de los nenúfares comunes pueden ser de dos tipos:
El primer tipo es el que tiene las dimensiones más grandes (por lo general). Sus raíces pueden llegar a medir 4,5 o 5 metros de largo.
El segundo tipo son las hojas que se pueden ver flotando en el agua. Son de dimensiones más pequeñas por lo general.
Los nenúfares se desarrollan a expensas de un tallo carnoso (rizoma) que vive entre los materiales acumulados en el fondo de charcas y cursos estancados de aguas poco profundas. Las hojas tienen un buen tamaño y forma casi circular con una profunda escotadura que llega hasta la inserción del pecíolo con el limbo (parte plana). Estas hojas, al igual que las flores, son flotantes y nacen directamente del rizoma, al que se unen por largos pecíolos. Las flores de buen tamaño incluso muy grandes, se visten con multitud de pétalos imbricados formando una especie de cuenco en cuyo centro se encuentran los estambres y pistilos. La amplia gama de colores de la flor incluye el blanco puro, marfil, crema, rosa, rojo, carmesí, cobrizo y amarillo en distintas tonalidades según variedades. La profundidad de plantación necesaria para los diferentes tipos de nenúfares oscila entre 20 cm y el metro, mientras que la superficie de extensión foliar va de 0,5 a 1,5 metros cuadrados.